El término Reiki consta de dos vocablos japoneses: “Rei” Energía Universal (ilimitada e inagotable) y “Ki” Energía Vital (circula en todos los seres vivos y desaparece cuando se extingue la vida). El Ki fluye dentro de nuestro cuerpo físico a través de los chakras, el fluyo libre y balanceado de Ki es la causa de una buena salud, la interrupción en el flujo de Ki es la causa principal de las enfermedades. El objetivo básico de un tratamiento Reiki es integrar y vincular en forma armónica el Rei, la energía del Universo, con el Ki, la energía vital interna de los seres vivos. Evalúa donde la persona tiene bloqueos y luego dirige la energía sanadora. Es una energía superior de limpieza y armonización que desenmaraña y sana, permitiendo así que Ki sano fluya de forma natural.
Para ser canal de la energía Reiki para uno mismo y para los demás, se debe ser iniciado por un maestro de Reiki. No sólo es una técnica, sino que es un camino de vida, un estilo de vivir en armonía, paz y relajación. Es fácil aprender a canalizar energía universal a través de las manos, para armonizar el cuerpo, la mente y el espíritu, creando una persona sana y equilibrada.
El Reiki ya se está utilizando en hospitales como método para mejorar la vida de los pacientes y facilitar el trabajo de médicos y enfermeras.